Dado el impacto operativo que esta falla implicaba para la institución, nuestro equipo de trabajo comenzó a dar el soporte en contra del reloj.
Lo primero que hicimos fue aplicar un análisis de los puntos vulnerables del proceso de carga y aplicamos la filosofía 80-20, es decir, atendimos un 20% de los aspectos problemáticos, pero que generaban una mejora del servicio en un 80%. Esta estrategia fue acertada dando el resultado esperado.
El cliente quedó satisfecho y nos permitió seguir creciendo con el banco a través de nuevos y más desafiantes proyectos.